Sentir que no percibimos el dinero que suponemos refleja nuestro trabajo es uno de los aspectos que más desaliento deja al momento de ejecutar la actividad profesional. Según expertos laborales, el salario es para la mayoría, una forma tangible de compensar y valorar las capacidades que estamos demostrando profesionalmente.
En muchos casos, esta es la razón principal por la que cada vez más personas ponen sobre la mesa, la idea de dejar la empresa en la que trabajan para conseguir algo que se ajuste a sus objetivos profesionales y personales. Ante esa posibilidad primero debemos conocer a profundidad si realmente no estamos percibiendo la compensación salarial que nos merecemos.
¿Cómo hacerlo? Simplemente quédate y permítenos explicarte cuales son esos pasos para que puedas identificar si tu corazonada es real; y de ser así logres poner en la balanza cuál decisión es la más acertada: si tener la valentía de pedir un aumento salarial o simplemente azotar la puerta y dejar atrás ese pesado puesto laboral.
Pon manos a la obra: investiga
Anteriormente hablar sobre los montos salariales solía ser un tema tabú dentro de las relaciones laborales. Sin embargo, ahora es totalmente aceptable conversar sobre dinero para ayudar a los empleados a conocer mejor su valía cuando desee negociar aumentos y salarios.
Entre tanto, muchas veces sucede que nos enteramos de que un colega posiblemente gane más que nosotros y si comparamos nuestras actividades y responsabilidades, es posible que haga menos trabajos, pero ostenta mayor recompensa. Si la situación es esa, antes de tener una reacción visceral, hay que plantearse una posible negociación laboral-salarial.
Para que la negociación sea exitosa, se recomienda elaborar dos planes; el primero de ellos es pedir un aumento para lo cual debes prepararte. Que tus argumentos digan más que: el colega fulano de tal gana más que yo. Simplemente trata el asunto independientemente de lo que tus compañeros estén devengando.
Dinero: Cómo negociar una mejor remuneración
Una estrategia inicial sería investigar para determinar el valor que tiene tu cargo: puedes descubrir y comparar que hacen las personas que tienen tu misma posición en otras compañías; reúne la mayor evidencia sobre valor que aportas hasta el momento a la empresa y revisa tus obligaciones laborales para verificar si evolucionaron desde tu primer día.
Una vez que tengas todos esos datos a mano, construye tu caso y solicita una audiencia con tu actual jefe; toma nota si de alguna forma te evade o no, cuando estás tratando el tema profesional y lo crees justo para ti como empleado.
En caso tal de que la estrategia anterior no sea fructífera, entonces es tiempo de tener en cuenta otras opciones. Comienza actualizando el currículum vitae, haz un paneo del mercado laboral y acércate a potenciales empleadores. Busca otra oportunidad que te brinde una mejora sustancial a las condiciones actuales y que realmente valoren tus capacidades.
Solo recuerda que esta elección es la más difícil de asumir, en ella lo primero que viene a la mente es el impacto que tendrá cambiar de empleo. Es importante que la decisión no se tome de manera precipitada sin antes analizar todas las aristas; pero tampoco debes quedarte a esperar que el panorama mejore mágicamente.
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